Comentario de texto: Mi Lucha, Adolf Hitler
Estamos ante un texto de fuente primaria con un carácter político-literario, ya que son fragmentos de un ensayo llamado “Mi Lucha” publicado por Hitler en su estancia en la cárcel. En este libro, Hitler, plasma sus pensamientos y la ideología de el NSDAP, su partido político.
Adolf Hitler nació en Austria en 1889. Con 17 años postuló en la Academia de Bellas Artes, pero no fue aceptado. En 1914, ingresó al ejército alemán y peleó en la Primera Guerra Mundial hasta que fue herido en 1918. Dolido por la derrota, acusó de traidores a los judíos y marxistas. Repugnó el Tratado de Versalles de 1919, por considerarlo muy humillante para Alemania. Desde 1920 dedicó su vida al Partido Nacional Socialista (Partido Nazi). En 1933 tras unas elecciones alcanzará la cancillería alemana e implantará un estado totalitario que provocará años después el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La idea fundamental de su obra “Mi Lucha” es el racismo, la superioridad de la raza aria y la discriminación racial hacia los judíos. La intención de Hitler era preservar la pureza de la raza, en este caso la raza aria, y el exterminio de las razas inferiores con el fin de conseguir un futuro mejor para la humanidad. En esta obra se califica la “Raza Primitiva” como la creadora de la civilización superior, se refiere a la educación, deber del Estado Racista, una labor de adoctrinamiento a la juventud sobre las teorías racistas, y el antisemitismo como preservar la pureza de la sangre y considera que la existencia de seres humanos inferiores es una condición indispensable para la aparición de una civilización superior.
Este libro fue escrito por Hitler cuando lo condenaron a nueve meses de cárcel, debido al intento de golpe de estado en del 8 y 9 de noviembre de 1923 conocido como el Putsch de la Cervecería. Fue un momento crítico, que sirvió al futuro dictador alemán como base para reafirmar y reforzar sus teorías contra el débil gobierno de la República de Weimar, lo que le permitiría alcanzar el poder diez años más tarde. En 1925, tras su salida de prisión, Hitler refundó el partido y replanteó su programa con el fin de ampliar sus apoyos sociales: utilizó eficazmente la profunda corriente antisemita y anticomunista existente en Alemania y la gran impopularidad del Tratado de Versalles. En definitiva, cambió de estrategia para transformar su partido en un movimiento de masas.
No estamos de acuerdo con la ideología de este hombre ni con sus actos realizados. Evidentemente no se puede negar que la situación económica de Alemania tuvo algunas mejoras cuando Hitler estuvo al mando durante tantos años, pero eso no justifica sus actos. Consideramos demasiadas injusticias producidas por este hombre que no debieron suceder. Esa persecución insensata de los débiles no ayudaba a la nación a conseguir más, sólo estaban sometidos al miedo inculcado por el partido nazi. Esas familias que se vieron obligadas a dejar su tierra, y muchos de ellos a dejar este mundo, por el trastorno racista de un individuo. Millones de personas murieron a manos de Adolf Hitler y aún así lo seguimos recordando. Aunque este señor haya marcado un gran cambio en la historia, hay gente que sigue apoyando esa ideología racista y discriminatoria, no sólo en contra de los judíos, si no que también de los negros, los homosexuales, los árabes, etc., y eso es una vergüenza. Al fin y al cabo todos somos personas y deberían dejar de escucharse términos como “racismo” o “homofobia” .
Einés Herráez
Noelia Valín
Julieta Vélez
Antía Rodríguez
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